Comienzo a sentir como el vacio agota mi corazón mientras los recuerdos invaden mi mente.
Los días nos se percatan de la melancolía que me aflige, pasan y continúan resbalándose por el calendario.
El dolor esta en pausa, anestesiado, susurra en intervalos, tiene miedo de gritar.
Los visos de viejas melancolías aparecen y dejan una vez más, partículas del polvo que ya sacudí.
Las horas solitarias comienzan a regar sus minutos sobre de la nostalgia que ahora me acompaña.
Acojo el espacio vacante y dejo que su intimidad me enseñe a respirar mientras el oxigeno restaura su cortesía.
VIne a darme una vuelta por tu blog y me gustó lo que encontré. Gracias por dejarnos leer.
ReplyDeleteEstaré atento a nuevas entradas.
Un abrazo.
Carlos Silva.